Esta técnica de resolución de conflictos en niños tiene el objetivo de que cada uno de los afectados verbalice cuál es el problema y cómo ha surgido el enfrentamiento para que una vez que ambos estén de acuerdo puedan solucionarlo.
2. Dar espacio emocional
En segundo lugar, se deberá tener disponible un espacio donde los afectados puedan expresar sus emociones con el objetivo de que manifiesten cómo se sintieron cuando surgió el conflicto. En este caso, las preguntas deberán ir encaminadas a cuáles son las conductas que no le gustaron por parte de la otra persona, qué les gustaría que hubiera hecho el otro afectado y cómo se sentiría si éstas estrategias de resolución de conflictos se aplicarán.
3. Comprensión entre los afectados. Empatía.
Otra de las técnicas de resolución de conflictos es que los afectados deben escucharse de forma activa. Es vital aprender a respetar los turnos de palabra y dejar al otro dar su opinión sobre los hechos teniendo en cuenta que, independientemente de si son los primeros en explicarse o no, van a ser escuchados por igual y sus opiniones van a tener la misma importancia.
4. Enseñar a controlar y conocer las emociones
Expresar las emociones es siempre correcto, dependiendo a su vez de la medida en que las expresen. Hay que tener en cuenta que no existen emociones negativas ni positivas, sino que éstas son adaptativas al contexto en cuestión. Llorar por estar triste o enfadado no es malo. También hay que conocer cuáles son los efectos que estas emociones traen consigo, ya que es el primer paso para poder empatizar con los demás.
5. Buscar soluciones
Una vez aplicadas todas las estrategias de resolución de conflictos anteriores, es recomendable realizar un ejercicio de introspección para buscar una solución del conflicto en equipo. Soluciones comunes en que los implicados estén de acuerdo y les pueda servir como ayuda y ejemplo para saber cómo reaccionar ante nuevas discusiones que puedan surgir en un futuro.