miércoles, 16 de septiembre de 2020

Lengua. Lectura "Tom Sawyer".

 

Hoy vamos a empezar con el libro. Para los que no puedan venir a clase, éste es el texto con el que vamos a trabajar:

-¡Je, Je! Las estás pagando, ¿eh? 

Ben, el de la manzana, se quedó sin respuesta. Tom examinó su último toque con mirada de artista; después dio otro ligero brochazo y examinó, como antes, el resultado. Ben atracó a su costado. 

-¡Hola, compadre! -le dijo Ben-.Te hacen trabajar, ¿eh? 
 -¡Ah!, ¿eres tú, Ben? No te había visto. 
-Oye, me voy a nadar. ¿No te gustaría venir? Pero, claro, te gustará más trabajar. Claro que te gustará. 

Tom se le quedó mirando un instante y dijo: 

-¿A qué llamas tú trabajo? 
-¡Qué! ¿No es eso trabajo? - Tom reanudó su blanqueo y le contestó, distraídamente: -Bueno; puede ser que lo sea y puede que no. Lo único que sé es que me gusta. 
-¡Vamos! ¿Me vas a hacer creer que a ti te gusta? La brocha continuó moviéndose. 
-¿Gustar? No sé por qué no va a gustarme. ¿Es que le dejan a un chico blanquear una cerca todos los días? 

Aquello puso la cosa bajo una nueva luz. Ben dejó de mordisquear su manzana. Tom, movió la brocha, coquetonamente, atrás y adelante; se retiró dos pasos para ver el efecto; añadió un toque allí y otro allá; juzgó otra vez el resultado. Y en tanto Ben no perdía de vista un solo movimiento, cada vez más y más interesado y absorto. Al fin dijo: 

-Oye, Tom: déjame encalar un poco. 

Tom reflexionó. Estaba a punto de acceder; pero cambió de propósito: 

-No, no; eso no podría ser, Ben. Ya ves..., mi tía Polly es muy exigente para esta cerca porque está aquí, en mitad de la calle, ¿sabes? Pero si fuera la cerca trasera no me importaría, ni a ella tampoco. No sabes tú lo que le preocupa esta cerca; hay que hacerlo con la mar de cuidado; puede ser que no haya un chico entre mil, ni aun entre dos mil que pueda encalarla de la manera que hay que hacerlo. 
-¡Venga ya!... ¿Lo dices en serio? Vamos, déjame que pruebe un poco; nada más que una miaja. Si tú fueras yo, te dejaría, Tom. 
-De veras que quisiera dejarte, Ben; pero la tía Polly... Mira: Jim también quiso, y ella no le dejó. Sid también quiso, y no lo consintió. ¿Ves por qué no puedo dejarte? ¡Si tú fueras a encargarte de esta cerca y ocurriese algo!... 
-Anda..., ya lo haré con cuidado. Déjame probar. Mira, te doy el corazón de la manzana. 
-No puede ser. No, Ben; no me lo pidas; tengo miedo... 
-¡Te la doy toda! Tom le entregó la brocha, con desgano en el semblante y con entusiasmo en el corazón. 

Y mientras Ben trabajaba y sudaba al sol, el artista retirado se sentó allí, cerca, en una barrica, a la sombra, balanceando las piernas, se comió la manzana y planeó el degüello de los más inocentes. No escaseó el material: a cada momento aparecían muchachos; venían a burlarse, pero se quedaban a encalar. Para cuando Ben se rindió de cansancio, Tom había ya vendido el turno siguiente a Billy Fisher por una cometa en buen estado; cuando éste se quedó aniquilado, Johnny Miller compró el derecho por una rata muerta, con un bramante para hacerla girar; así siguió y siguió hora tras hora. Y cuando avanzó la tarde, Tom, que por la mañana había sido un chico en la miseria, nadaba materialmente en riquezas. Tenía, además de las cosas que he mencionado, doce tabas, parte de un cornetín, un trozo de vidrio azul de botella para mirar las cosas a través de él, un carrete, una llave incapaz de abrir nada, un pedazo de tiza, un tapón de cristal, un soldado de plomo, un par de renacuajos, seis cohetillos, un gatito tuerto, un tirador de puerta, un collar de perro (pero sin perro), el mango de un cuchillo y una falleba destrozada. Había, entretanto, pasado una tarde deliciosa, en la holganza, con abundante y grata compañía, y la cerca ¡tenía tres manos de cal! De no habérsele agotado la existencia de lechada, habría hecho declararse en quiebra a todos los chicos del lugar. Tom se decía que, después de todo, el mundo no era tan malo. Había descubierto, sin darse cuenta, uno de los principios fundamentales de la conducta humana, a saber: que para que alguien, hombre o muchacho, desee alguna cosa, sólo es necesario hacerla difícil de conseguir.

Preguntas para los de casa:

  1. Sustituye las palabras destacadas de la oración por sinónimos: "Tom entregó la brocha con desgana en el semblante y entusiasmo en el corazón".
  2. Explica el significado de la palabra "corazón" en "el corazón de la manzana".
  3. ¿Quién es el protagonista de la historia? ¿Te gustaría que fuera amigo tuyo? ¿Te parece un tipo de fiar?
  4. Imagina cómo podría ser la tía Polly. Descríbela brevemente.
  5. ¿Cuál era el castigo de Tom?
  6. ¿Qué ideó Tom para escaquearse del castigo?
  7. ¿En qué país del mundo crees que transcurre la historia? Puedes buscarlo en internet.
  8. ¿Crees que la historia transcurre en el presente o en el pasado?
  9. ¿Qué enseñanza nos transmite el texto?
Ya sabéis: las contestáis en "comentarios".

3 comentarios:

  1. 1. Entregó- dió. Semblante- cara. Entusiasmo- alegría.
    2. Se refiere al centro de la manzana.
    3. El protagonista es Tom. No me gustaría que fuera amigo mío porque engañó a todo el mundo. Y no me parece de fiar.
    4. Me parece una persona que está enfadada siempre con Tom.
    5. Su castigo era pintar la cerca.
    6. Tom les dijo a sus amigos que no les podía dejar pintar la cerca para que tuvieran ganas de pintarla.
    7. En St. Petersburg.(Mississippi).
    8. Yo creo que en el pasado debido a la ropa que llevan.
    9. Que para que alguien desee algo,sólo hace falta hacerlo difícil de conseguir.

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  2. Caballero: me quito el sombrero. Perfecto. Gran trabajo.

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  3. 1.Entrego-dio.Semblante-cara.Entusiasmo-alegría.

    2.Se refiere al centro de la manzana.

    3.El protagonista es Tom.No me gustaría que fuera mi amigo mio porque engaño a todo el mundo.Y no me parece de fiar.

    4.Me parece una persona que esta enfadada siempre con Tom.

    5.Su castigo era pintar la acerca

    6.Tom les dijo a sus amigos que no les podía dejar de pintar la cerca para que tuvieran ganas de pintarla.

    7.En St. Petersburg.(Mississippi).

    8.Yo creo que en el pasado debido a la ropa que llevan.

    9.Que para que alguien desee algo,solo hace falta hacerlo difícil de conseguir.

    autora María Gómez

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