En 1858 Charles Darwin y Alfred Rusell Wallace propusieron el tema de la selección natural. Venían a decir, resumiendo mucho mucho mucho, lo siguiente:
A veces los seres vivos sufren mutaciones (una mutación es una variación fisiológica del cuerpo producida por cambios en el ADN. Recordemos el ejemplo puesto en clase: los antepasados de las jirafas. Las jirafas primitivas no tenían el cuello largo. Sin embargo un buen día nació una con un cuello ligeramente más desarrollado que las demás)Cadena de ADN. - Esas mutaciones pueden ser ventajosas o perjudiciales (en el caso de la jirafa primitiva el cuello ligeramente más largo fue ventajoso para ella, ya que le permitió llegar a hojas que las demás jirafas no podían alcanzar)
- Cuando un ser vivo presenta una mutación ventajosa se sitúa por encima de los demás miembros de su especie. Esa mutación le lleva a triunfar más fácilmente. Y ese triunfo conlleva necesariamente tener más crías que el resto. (Sí: en el mundo natural el éxito se traduce en tener muchos cachorros, poyuelos, alevines, etc.)
- La mutación ventajosa acaba triunfando y transmiténdose a toda la especie. Las numerosas y abundantes crías de la primera jirafa con el cuello largo heredan la mutación, transmitiéndosela a su vez a sus descendientes. De ese modo, lo que en un principio era algo accidental (la primera jirafa nacida con el cuello ligeramente más largo) se acaba convirtiendo en algo general.
Hay muchos ejemplos de mutaciones ventajosas constatadas por la paleontología. Miremos al animal que miremos, veremos cómo ha ido evolucionando hacia una versión mejorada:
Bueno... No siempre.
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