Hernán Cortés y la conquista del Imperio Azteca.

Hernán Cortés.

Os habréis dado cuenta de que aquí, en Extremadura, hay un montón de calles, plazas y avenidas que se llaman Hernán Cortés. Tenemos incluso un pueblo llamado así. Eso debe darnos una idea de la importancia de este señor, y de lo que consiguió en vida. Comencemos.


Comienzos.

Hernán Cortés nació en Medellín en 1485. En España reinaban los Reyes Católicos. Fue un niño normal y corriente. Su familia no era rica; tampoco pobre. Gente normal. Hernán Cortés creció y sus padres vieron que era listo; por ello decidieron que estudiara (algo muy raro en la época, y que a la postre marcaría la diferencia en el futuro del muchacho). Le enviaron a Salamanca, donde Hernán aprendió latín y leyes. Tras dar por concluidos sus estudios, en 1504, el muchacho, ya convertido en hombre, decide embarcarse para el recién descubierto continente americano.

¿Cómo era Hernán Cortés?

Os copio un fragmento de una descripción que de él hizo un noble de la corte de Carlos I:

"Es este Hernando Cortés un tipo listo y audaz. Posee gran resistencia y tesón para afrontar los problemas. Es valiente, astuto e inteligente. Tiene un liderazgo fuerte sobre los que le rodean. Es seductor en el habla, siendo capaz de convencer a cualquiera para que cumpla sus deseos".

Así pues tenemos ante nosotros a un súper hombre. Un tipo de esos que pueden cambiar el mundo. Y vaya que si lo cambió.

Llegada a América. Primeros pasos.

Casa de Hernán Cortés. Reública
Dominicana.

Nada más desembarcar en América Cortés consigue trabajo como funcionario, llevando el papeleo de la isla de "La Española" (actuales República Dominicana y Haití). Pero pronto se aburrió de aquella vida tan tranquila, y decidió embarcarse en una nueva aventura: la conquista de la isla de Cuba. Le fue bastante bien. Recibió tierras y esclavos, llegando incluso a ser nombrado alcalde de Santiago de Cuba. Pero Hernán Cortés quería mucho más...


Hernán Cortés se entera de que más allá de Cuba hay algo...

Siempre que pensemos en Hernán Cortés tenemos que imaginárnosle como el típico tipo que anda siempre metido en alguna cosa, tramando algo. Con los cinco sentidos alerta, preparado para ganar a cualquier precio. Ambicioso. Yo me lo imagino sentado en alguna taberna, con la oreja puesta, pendiente de lo que decían unos y otros. Y me lo imagino oyendo decir a algún marinero que más allá de Cuba, hacia el oeste, había algo muy grande. Un reino poderoso y rico, lleno de oro...

Imperio Azteca.

Restos Aztecas. Pirámide del Sol.

Y es que efectivamente: en lo que hoy es México, al oeste de de la isla de la Española,  había en el año 1500 un poderoso imperio. El imperio Azteca. Eran un pueblo guerrero que había conquistado un gran territorio, y que ofrecía sacrificios humanos a sus dioses. Desconocían el hierro, las armas de fuego y los caballos. Eran, por decirlo de alguna manera, un pueblo "menos avanzado" que los españoles, en lo que a tecnología y armamento se refiere.


Hernán Cortés parte a la conquista del imperio Azteca.

Soldado Español siglo XVI.

Hernán Cortés, enterado de todo esto, entra en modo avaricia. Ve una oportunidad clara para hacerse famoso, rico y poderoso. De manera que convence al gobernador de Cuba para que organice una expedición, al frente de la cúal se pone él. Parte de Cuba con 11 barcos y algo más de 700 soldados. Su intención es conquistar el imperio azteca (un imperio de varios millones de personas y con decenas de miles de guerreros) y convertirse en virrey de los territorios conquistados. Desembarca en la Isla de Cozumel, muy cerca del continente; y allí, tras hacerse amigo de los habitantes del lugar, monta su campamento base. La conquista había comenzado.


Primeros pasos para la conquista.

Desde Cozumel Cortés comienza a explorar las costas del imperio Azteca. Tiene lugar la primera batalla seria, que los españoles ganan a los nativos. Éstos se rinden y ofrecen tributo a los conquistadores: oro, joyas, comida, animales... Y también ofrecen algo que a la postre sería mucho más valioso...

La Malinche.

La Malinche y Hernán Cortés.
Dibujo del siglo XVI.

La malinche fue una mujer azteca ofrecida por los vencidos como esclava a los españoles. La malinche se enamoró de Cortés nada más verle. Era una mujer muy inteligente que aprendió el castellano rápidamente y que sirvió de traductora al conquistador. El sometimiento del imperio Azteca hubiera sido imposible sin ella, ya que no solo traducía: también aconsejaba a Hernán Cortés qué hacer en cada momento: cómo tratar a un pueblo o a otro; qué camino seguir hacia tal o cual lugar; a quién perdonar y a quién castigar...


Bien. Hasta aquí la primera entrega. Próximamente os contaré cómo continuó y finalizó la conquista imperio Azteca. Ya os anticipo que la historia no tiene desperdicio.


Preguntas:

1. ¿Dónde nació Hernán Cortés?
2. ¿Sabía leer y escribir?
3. ¿Era un tipo listo o torpe?
4. ¿En qué isla montó su campamento base?
5. ¿Quíén era la Malinche?
6. Investigación: en el artículo no hablo de una figura importante: Gerónimo de Aguilar. Averigua quién fue y por qué resultó tan importante para la conquista del Imperio Azteca.